Pero no puedo evitarlo, es escuchar música latina, salsa en concreto, y entrarme unas ganas tremendas de echarme la mochila a la espalda e irme a patear toda Hispanoamérica. Así, con lo puesto. Ya está, sólo necesito mi espíritu mochilero y la ilusión por conocer cada rincón de mi continente.

No quiero correr, por eso cuando mi lado más idealista sale a flote lo bajo de las nubes y le recuerdo que aún ese sueño no es posible. Pero se hará realidad, como que me llamo Karen. Sola o en compañía, me da igual (espero que sea esto último, claro). Hasta entonces me conformo con recorrer hispanoamérica mentalmente, a través de las fotografías y de su música, de la magia de su música y de su gente, que me han enseñado ya un poquito de sus países. Y sí, tendremos fama de todo lo malo que queráis, pero la alegría del latino lo tenemos sólo nosotros. :) ¡Mi gente!

Argentina, 

Brasil, el país carioca:

Se me quedan muchos países fuera. Esta entrada es sólo la primera de muchas.