Tocamos fondo

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Nos hemos quedado sin otro tema de conversación que no sea la profunda crisis económica que atraviesa el país. ¡Qué cosa para más gradable, oye! Pero es que desgraciadamente es la realidad, y lo que es peor aún, una realidad que nos toca a todos de cerca: ¿es que acaso alguien, si no es él mismo,  no conoce a nadie sin trabajo que lo pasa realmente mal para llegar a fin de mes? NADIE

El otro día estaba hablando con mi amiga Beatriz de todo un poco, hasta que salió el tema de la crisis. Conclusión de la conversación: huir del país mientras podamos. Yo de hecho ya lo voy a hacer. A mí eso me cuesta poco o nada, no sería la primera vez así que, hablando en plata, ya estoy hecha al dolor. Pero que conste que me voy con todas las ganas y alegría del mundo. La cuestión es que el panorama del país no tiene pinta de cambiar, ni siquiera muestra signos de mejora, al contrario. Y si hay una cosa que me han enseñado es que hay que buscarse la vida antes de que el barco se hunda, como veis la aplico a rajatabla.


El no va más del asunto ha sido la actualidad polito-económica de hoy: El sistema financiero español ha sido rescatado por Europa, nada menos que 100.000 millones de euros. Ahí es nada. Solo 10.000 millones menos que los que Grecia recibió en un primer momento. Y digo yo ¿por qué ese terror a pronunciar la palabra "rescate"? Las cosas, por su nombre. Dejémosnos de eufemismos, señores: hace cuatro años se prohibió hablar de crisis para referirse a los problemas económicos que salieron a la luz, y ahora la historia se repite, con la pequeña gran diferencia de que se nos ha agotado la poca paciencia que reservábamos, esto es rescate y punto. Que estábamos en la mierda, se sabía, y desde hace ya tiempo. Solo pedimos que los puestos políticos nos hablen con claridad y verdad, ¿es tan difícil?


"Al mal tiempo buena cara"

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En los tiempos que corren, tiene especial mérito aquél que pueda conseguir aplicar este lema al cien por cien. Yo lo intento.

Me parece genial que los medios de comunicación nos informen de lo mal que va el mundo, es su trabajo, oye. Pero yo personalmente necesito compensar ese pesimismo evadiéndome de esta realidad en mi mundo rosa y/o multicolor que me proporciona la imaginación (¡Gracias a Dios!) Y no hay mejor forma de hacerlo que a través del interesante mundo de la cultura: coge un libro y construye una historia pararela; olvídate de este mundo viendo una buena peli en internet, en el cine o en la tele; escribe poesías, cuentos, novelas, lo que te de la gana, y sobre todo sueña despierta escuchando música, muucha música. Alimenta tu alma. El saber no ocupa espacio (vale sí lo hace, pero estoy segura de que aún nos queda mucho espacio por llenar).
Y si estás leyendo esto es que tienes los medios suficientes para acceder a la cultura. De esta forma lo hago yo:

• Aquí, en Madrid, tenemos el bibliometro, solo necesitas sacarte el carnet en cualquier estación de metro con puntos autorizados.
• En la estación de Sol (Madrid) tienes una máquina expendedora de libros. Hace tiempo no pillo uno, así que no recuerdo bien qué requisitos necesitabas. Me parece que solo el DNI
• Para ver pelis, yo utilizo estas páginas: Cuevana, Monsterdivx y SeriesYonkis. Sé que hay muchas más, pero no recuerdo su nombre porque no las suelo utilizar. Además, si quieres disfrutar de la magia del cine tal cual lo conocemos, hasta el 30 de agosto, los cines Renoir de Plaza de España proyectan pelis de este mismo año ¡por sólo 3 euros la entrada! Aquí y aquí os dejo la lista de títulos. 
• Para escuchar música tenéis Spotify, un programa que debéis descargar pero que pasados unos minutos os pedirá abrir una cuenta premium para seguir escuchando música gratis. Que no panda el cúnico, después de unos días vuestro countdown se renueva. El proceso se repite cada "X" minutos. También tenéis Grooveshark, una web en la que podéis elaborar listas de reproducción a gusto del consumidor. No necesita descargas ni registro para poder utilizarla. ¡Todo un chollo!
• Papel y lapiz. Para escribir tu ideas más brillantes, y las menos también.