"Cada persona disfruta de al menos 5 minutos de reflexión a lo largo del día. Ésta llega a veces en los momentos o lugares menos pensados. Pero llega, siempre.

A mí me visita siempre que voy en el bus, el que, por otra parte, ejerce una fuerza sobrenatural que se apodera de toda mi energía. A veces en la ducha, y otras tantas con el silencio de ese lugar particular. Ella no avisa, solo llega.

Aquel día, como todos los demás, pensó, demasiado. Muchos temas rondaban su cabeza a la vez buscando una respuesta, y no tenían ninguna intención de esperar. Pero lamentablemente, el único mundo en el que pueden encontrarlas, es en el real, y allí las cosas funcionan mucho más lento. Al menos sabía que iba por el camino correcto, por la reflexión se empieza.

Inevitablemente hace una lista mental de los pros y contras de cada decision que se reducen básicamente a la pregunta: ¿Qué gano y qué pierdo? Y a una palabra: sacrificio. Las cosas parecen tener sentido. La lista de prioridades parece que ayuda, pero es solo un espejismo, porque sabe que dentro de "x" tiempo, en el mismo lugar, volverá a pensar en todo aquello y a sentirse igual o mas confusa.  

Recuerda mil y un clichés. Sin sacrificio no hay recompensa, especialmente. Está llegando al momento más denso de la reflexión y no le gusta lo que ve, ni cómo se siente. Respira y casi sin darse cuenta, descubre que se ha vuelto peligrosamente vulnerable a todo lo que la rodea. Nada bueno puede traer todo aquello, se dice a sí misma.

Despierta y los sonidos del exterior vuelven a ser oíbles. La música que la acompaña siempre ayuda y le cambian el estado de ánimo. Mira a su alrededor y recuerda lo mejor que ha vivido y un sentimiento más parecido a orgullo se apoderan de ella, recuerda que todo forma parte de un extenso aprendizaje, que tal vez no lo está haciendo perfecto, pero sí de la mejor manera que en ese momento sabe. Piensa que está sola, pero aún no se ha dado cuenta de que muchas manos caminan agarradas junto a la suya. No quieren que los descubra.

Sube el volumen de la música, sonríe sutilmente. las puertas se abren y un día más se acaba en la metropoli.

Sabe que dentro de poco, en el mismo lugar, volverá a pensar en todo aquello y a sentirse igual o mas confusa. Seguramente menos, esta vez"